13.5.15

Workshop con Dan Wells

Buenos días terrestres. Hoy es día libre porque me dieron feriado en la escuela (pero debo estudiar), así que me dedicaré un ratito al blog mientras instalo cosas para los Sims 3 (me hice una adicta desde que mi hermana menor me dejó instalarlos en su computadora).


Pues bien, hace un par de semanas gané un concurso que mantuve en top secret y sigo haciéndolo, hasta ahora. Este concurso era uno literario, y el premio era participar en un Workshop dictado por Dan Wells -escritor de I'm not a serial killer y Partials- durante su visita a Argentina. Pues bien, gané, y mi mamá pensó que algo malo había ocurrido cuando lancé un grito que hizo correr a mis gatos lejos de mí. Así que gané un concurso para conocer a uno de mis escritores favoritos.

Dan Wells es un GENIO. Nos enseñó su forma de construir una trama, algunos les presentamos algunas cosas que escribimos. Su película favorita es Tiburón, y le gusta también Star Wars y Harry Potter (a quién no?). Los coordinadores nos dieron galletas de chocolate y bebida, y durante el break, dos chicas que conocí ahí y yo fuimos a pedirle una foto y un autógrafo a Tiffany Calligaris, escritora de Lesath, que estaba ahí *vomito masivo de arcoiris*. También fuimos a pedirle miles de fotos a Dan, que incluso nos dejó tomarnos una selfie (eso fue antes de irnos). 

Fue una experiencia asombrosamente hermosa, y, oh Dios, extraño tanto a Dan y a sus bromas ToT. Pero por lo menos ahora tengo sus libros firmados y mi cuaderno de literatura (no de clases, es personal)... y no nos olvidemos de las fotos... que no quiero compartir porque puede que no haya salido y bien y... I don't know >o<

Bien, en un ratito subiré una entrada sobre la Convención Blogger Argentina en el Planetario, y aviso que mi computadora (en la que estoy ahora es de mi hermana menor) está un poco malita, y no me deja escribir como antes :( Antes de eso hice copia de seguridad, así que todo debería estar protegido (espero...)

3.5.15

Replay. Capítulo 12.

¿Despertarla? No es la mejor opción en estos momentos.
Pero Ally dijo que ella la ayudaría.
Bueno, pero no sé cómo. Ella no sabe mucho más que nosotros sobre los poderes de esta chica.
Abro los ojos y solo me encuentro con la oscuridad de la habitación compartida. Al otro lado de la sábana que hace de puerta la luz de una vela refleja dos cuerpos discutiendo. Los dos eran hombres, y uno era Cass. Podría reconocer su sombra en cualquier lugar, y sobre todo en la oscuridad. Quiero decir, debí seguirlo en una cueva oscura, claro que debo saber cómo es su sombra. Si no, probablemente no me podría haber dado una ducha y meter en lo que llamo cama.
Hace probablemente cinco horas que regresé de la larga caminata con Cass. El resto del camino fue en silencio, pero lo agradecí. Me mantuve unos metros por detrás de Cass mientras me concentraba en ver como mis manos eran envueltas por una capa de algo de tonos azulados, que reconocí de cuando hice el campo de fuerza durante el bombardeo, y según yo, cuando todos los de mi vecindario murieron.
Me siento en la cama y me llevo las manos a los ojos para despejar el sueño. Luego me levanto y camino hacia la sábana. La hago a un lado y me encuentro con Cass y Trent a un par de metros, con una vela encendida dando sus últimos respiros.
—Ey, ¿Qué está ocurriendo aquí? — pregunta mi voz cansada, y salgo al pasillo helado. Trent salta, y luego mira hacia mí. Cass se está rascando el cuello.
—Allison te necesita— dice Cass.
—No, no te necesita— me dice Trent, y entrecierro la mirada.
—¿Ella sigue recuperándose? — pregunto, y Cass asiente con la cabeza.
—De verdad, ella no te necesita, Al— Trent se apoya contra la pared, y sopla un poco de tierra que se desprendió cuando lo hizo. Lo miro recelosa, y entonces veo esa estúpida mirada en sus ojos, que me dice que no tengo que meterme. Bueno, debo meterme en esto, pero él no quiere que lo haga.
—¿Estás enamorado de Allison, Trent? — me cruzo de brazos, y pongo los ojos en blanco—. Que tierno.
Trent se sonroja, y se acaricia el cuello, dándose un apretón en la nuca. Cass lo mira, ahora con diversión, y no puedo evitar reírme.
—¿Nunca estuviste enamorada? — me pregunta, y soplo un mechón de mi cabello que se soltó.
—No— dije, y pateé el suelo de piedra—. Nunca.
Uno de los dos carraspea, y reconocí el carraspeo de Cass. Hemos estado juntos tanto tiempo que conozco todo lo que él hace. Debería despegarme un poco, pero es inevitable. Siempre todo es inevitable.
—Bueno— me froto las manos, que están frías—. ¿Allison sigue en el hospital?
Cass asiente, mientras que Trent sacude la cabeza. Mi instinto sabe a quién creerle, así que comienzo mi camino hacia el hospital...
Y todo comienza a temblar.
Pierdo el equilibrio, y con razón, y mi cuerpo termina contra la pared. Me sostengo de la pared, pero pronto me caigo al suelo. Unos brazos fuertes me sostienen un par de segundos después, y veo a Trent, pero no está mirándome a mí. Está mirando hacia la habitación de mujeres.
—¡Cuidado! — grita, al mismo tiempo en el que un pedazo de roca se desprende. No sé a quién se lo dijo, pero fue demasiado tarde. Tuvo que usar sus poderes.
Un gran pedazo de tierra se encuentra suspendido sobre el pequeño cuerpo de Molly, y ella está mirando hacia nosotros, dormida, asustada y sorprendida. El temblor ha terminado, no hay rastros de Cass y el rostro de Trent tiene gotas de traspiración.
—Molly, por favor, ven aquí— digo. Me siento, y abro los brazos para que corra dentro de ellos. Lo hace, y se larga a llorar en mi hombro. La abrazo fuerte, mientras Trent suelta el agarre de la tierra. Ésta cae en el suelo con un estruendo, y recorro mi mano por la espalda de la niña que ahora solloza en mi hombro.
—Quiero a mi mamá— dice, su voz ahogada y compungida—. Tengo miedo.
Apoyo mi cabeza sobre la suya, y le acaricio el cabello.
—Lo sé, bebé— digo, y me levanto, alzándola a ella. Ella rodea mi cuello, y apoya su frente en mi hombro. Los sollozos caducan, y ella cae en un sueño profundo.
Miro a Trent, que a su vez me está mirando a mí, y sonríe levemente.
—Tienes un talento natural sobre las personas, ¿Lo sabes, verdad? — me pregunta.
Aprieto el agarre sobre Molly, y me encojo de hombros levemente.
—¿Dónde está Cass?
—No lo sé— me contesta—. Antes del temblor estaba aquí, y al segundo desapareció.
Miro para ambos lados, y no veo más que algunos grandes pedazos de tierra y escombros esparcidos por todo el lugar.
—Debe estar en algún lugar para ver el exterior— digo, y comienzo a caminar hacia el hospital—. ¿Qué hay más allá de las habitaciones del hospital? — le pregunto a Trent, que sé que me está siguiendo.
—No lo sé. Nunca fui— dice—. Veré cómo está Allison. Tú fíjate qué hay— me dice. Nos separamos cuando él abrió la cortina de la habitación de Allison. Por suerte, esta parte no fue muy afectada, ya que queda más profunda que el resto de la construcción.
Molly se remueve en mis brazos, ya que no pude dejarla en la habitación, considerando que ahora hay un gran pedazo de tierra tapando la entrada. Después de pasar la última habitación, camino por la oscuridad hasta encontrarme con una línea de luz blanca. Camino hacia ella, y veo que es una puerta de metal entreabierta. Veo por la pequeña rendija, y veo pantallas de televisión en blanco y negro, pero todas con interferencia.
Empujo levemente la puerta, y me encuentro con Cass apoyado contra una gran consola que podría ser a su vez un teclado, pero mucho más grande.
—¿Cass? — susurro, y Molly se queja en mis brazos.
Cass salta, y se da la vuelta para mirarme.
—¿Alanis? — pregunta de vuelta—. ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien? ¿Están todos bien?
Miro hacia los monitores. Uno de ellos tiene la imagen de la cocina, vacía a esta hora. Según unos números a un extremo, son las dos y cuarenta y ocho de la madrugada.
—Sí, todo está bien. Bueno, eso creo— digo, y acaricio el cabello de Molly cuando siento que tiembla—. Quedamos fuera de la habitación— digo, cuando veo la pregunta en sus ojos de por qué cargo a una niña.
—Usa la mía— me dice—. Estaré aquí toda la noche, controlando que no haya más ataques.
Miro de nuevo los monitores. Solo uno recuperó la conexión, que da frente a un espacio abierto, con un matorral. Agua oscura lo recorre, pero no sé si es escura por la noche, por la pantalla o por otra cosa.
—¿Fue un ataque? — pregunto, y Molly lanza un sollozo en mis brazos. Pesadillas. Normales considerando todo lo que está pasando siendo una niña tan pequeña.
—Sí— dice—. Ve a dormir. Te necesitaré luego.

Abrazo a Molly una vez más, como si fuera un peluche, y salgo del cuarto. Camino hacia la habitación de Cass, Me siento, acuesto a Molly contra la pared y luego la abrazo, conteniéndola mientras llora suavemente.
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